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26 de junio de 2013

Trance de Danny Boyle

por Biktor Kero

Video, robos, psicosis, drops, locura, flashes, espejismos, demencia, recuerdos, euforia, musicón, arte, pistolas, flashbacks...


Trance (Gran Bretaña, 2013) es la última inmersión visual del polifacético director inglés que saltó a la fama con la gamberra radiografía de la juventud quinqui noventera en Trainspotting, que nos ha traído la multi premiada cinta de amor predestinado Slumdog Millionare o sobrecogedoras historias de tortuosa superación y supervivencia como 127 horas.

Hablamos del mimético y posmoderno Danny Boyle, el hijo rebelde de Gran Bretaña que ahora nos presenta una propuesta frenética de thriller psicológico + cine negro + cine de robos que habla de la hipnosis, los recuerdos y la manipulación. Trance, un viaje a los dominios del control mental y la identidad individual que se va desarrollando y convirtiendo poco a poco en un oscuro pozo de deseos y olvido.

Es difícil elogiar las piruetas narrativas de la trama sin desvelar partes importantes de la misma, pues ahí radica la magia de la obra. En sorprender y engañar, en hacerte pensar que tienes el control sobre los personajes cuando realmente es Boyle el que está sentado a tu espalda, con voz agradable y sosegada, sugestionándote a pensar lo que él quiere. Está implantando falsos sentimientos en tu cerebro para llevarte por su histérico viaje y hacerte vivir sensaciones inesperadas de psicodélica digital. Está divergiendo la realidad con espejos fraccionados, abrumando tu mente con colores eléctricos y deslumbrantes, estimulando tus oídos con armonías estruendosas para conseguir su objetivo: acercar tu perspectiva a la de Simon, el confundido y desmemoriado protagonista aprendiz de ladrón de guante blanco.


Trance no es una peli particularmente trascendental, o mejor decir trancedental (juas juas, plas plas). No habla de la vida y la moralidad ni pretende hacerte reflexiones hiperbólicas profundas. Es un puzzle conformado a base de falsas pistas, engaños y triquiñuelas que consigue mantenerte pensativo durante todo el metraje. Es desenfadada, es una película sin miedo a desvariar donde se atisban pinceladas del cine de Cronenberg y Nolan en cada recoveco. Tiene momentos ridículos que se tornan grandiosos, tiene fantasmadas que funcionan perfectamente dentro de la lógica planteada y tiene un suculento trío amoroso-actoral en continua lucha por la supremacía ficcional e interpretativa.

Si quisiera ser malo, podría referirme a la película como una patraña malformada compuesta de refritos clichés del thriller psicológico que no tiene ni pies ni cabeza proveniente en un frustrado deseo de ser transgresor y complejo. Podría, porque hay momentos en que no sabes a qué viene lo que los personajes hacen, por qué dicen lo que dicen o por qué hay veces en las que se entrevé un anhelo por forzar el rizo de la complicación. Pero no saldrán esas palabras de mis dedos. La cosa es que realmente yo me dejé zambullir y pude disfrutar de una peli que no es que tenga pretensión de ser más complicada de lo que realmente es, sino que ese justo es el juego que ha querido plantear el director. "Voy a dejar volar la imaginación y voy a construir un espectáculo a mi estilo", se dijo Danny Boyle un día, y cogió a James McAvoy, Vincent Cassel y Rosario Dawson y les hizo bailar durante toda la noche en una macabra representación con delirios de sobrepasar las fronteras de la persistencia retiniana.


Como siempre en su filmografía, volvemos a los montajes de estilo videoclip con potentes temas de música moderna, a la mezcla entre suciedad digital y finura cinematográfica y a planos inusuales para aderezar una trama tan enrevesada que se hace un nudo en sí misma y termina en un clímax tan rimbombante como grandioso. Poder disfrutar de este galimatías es a gusto del consumidor. Ahí lo dejo.

En definitiva, Trance es un entretenimiento que necesita que abras tu mente, te dejes seducir y de manera sumisa quieras cruzar esa puerta que separa lo tangible de lo etéreo, lo real de lo imaginario. Y entonces comienzas a divagar entre llaves, caos, balas, frenesí, tablets, sangre, pubis, hipnosis, sueños, sexo, amor y Goya.
  • Trance

  • Título original:
    Trance

  • Dirección:
    Trance

  • Año de producción:
    2013

  • Nacionalidad:
    Reino Unido

  • Duración:
    113

  • Género:
    Drama, thriller

  • Fecha de estreno en España:
    2013-06-14

Biktor Kero

Biktor Kero lleva vinculado al mundo cinematográfico desde los 20 años, cuando comenzó a estudiar en la escuela de cine Séptima Ars, en Madrid. Allí dirigió su primer cortometraje en 16mm Y sin embargo (2002).

En Londres vivió durante otros 3 años, donde tuvo la oportunidad de estudiar en la London Film Academy y participó en diferentes proyectos de cortometrajes y videoclips como director, ayudante de dirección y montador. Además, dirigió su segundo cortometraje A beat of Reality (2005).

Volvió a su tierra natal, Málaga, en 2006 para continuar realizando cortometrajes como El reencuentro de Alicia (2008) y Un pequeño detalle (2011) y videoclips para agrupaciones como Santos de Goma, Gastmans o The Wheel & The Hammond. Durante los sucesivos años ha trabajado en diferentes productoras audiovisuales como Euromedia Productions, Cedecom e Infodel Media y ha creado su propio estudio de post-producción: Emotioner.net

Actualmente trabaja en como jefe del departamento audiovisual de la marca Ozone Gaming y se encuentra en proceso de promoción de su nuevo cortometraje Paraiso Beach (2014), un cortometraje pos-apocalíptico sobre dos exploradores en un futuro sin esperanza (en distribución actualmente a través de Jóvenes Realizadores) y por el que recientemente ha ganado el premio a Mejor Director en la sección Cortometraje Málaga del 17 Festival de Málaga. Cine Español.

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