voz en off

16.09.2013

Hermanos Esteban Alenda: el talento se lleva en la sangre

por Lakshmi I. Aguirre

Galardonados por su trabajo en centenares de ocasiones, César y José Esteban Alenda trabajan mano a mano para transmitir su concepción del cine al espectador. Encierran a sus personajes en las horas del reloj, en el agua de una bañera, en ese coche rojo que recorre las carreteras estatales, en los conductos del aire acondicionado... para liberarlos a continuación en la gran pantalla. En constante huida de los lugares comunes, esta pareja de ases comparte ADN y talento a raudales. Hablamos con los hermanos Esteban Alenda.


P. Tras El orden de las cosas y Matar a un niño, habéis girado hacia la comedia en Inertial love. ¿Nada mejor que la risa para salir de ésta?

R. Inertial love no es una comedia típica, y probablemente ni siquiera sea una comedia. Nosotros la definimos así porque Inertial love es lo más cerca que hemos estado de hacer una comedia. En Inertial love no hay risas pero mucho sentido del humor, imprescindible para estos tiempos, sin duda.

P. ¿Por qué os decidisteis por grabar con una Lomokino?

R. Porque nos encargaron a varios directores hacer un cortometraje con esta cámara, y consideramos que era la tecnología perfecta para un guión que llevaba guardado en el cajón siete años. ¡Ah! ¡Y porque así volvíamos a rodar con película de cine!

P. Hay algo azaroso en las cámaras analógicas, al igual que los encuentros en la autopista de Inertial love. ¿Confiabais en el resultado?

R. Rodar con la Lomokino tiene un punto kamikaze, más teniendo en cuenta que lo habitual ahora es ver al instante lo que estás grabando. Con la Lomokino, como toda cámara analógica, teníamos que esperar al revelado y escaneado del material. De todos modos, nosotros no somos de dejar las cosas al azar, y teníamos una Canon 5D con la que grabábamos también y que actuaba casi como nuestro combo.


P. Las metáforas visuales plagan vuestros cortos. ¿Cuánto tiempo dedicáis a la escritura de guión?

R. La verdad es que somos bastante perfeccionistas, y nunca decidimos empezar a rodar hasta que no tenemos la sensación de que el guión escrito es el mejor guión posible de la historia que queremos contar... y eso toma su tiempo. A modo de ejemplo, El orden de las cosas tuvo más de treinta versiones de guión.

P. ¿Habéis encontrado en Manuela Vellés a vuestra musa?

R. No sé si es nuestra musa, pero sí que es verdad que Manuela es una actriz con muchísimo talento y con un presente y futuro espectacular. A nosotros nos encantaría volver a trabajar con ella, la verdad. En El orden de las cosas creemos que hace una de las interpretaciones más sobrecogedoras que hemos visto, tanto en largo como en corto. De todos modos, nuestro actor fetiche es Róger Álvarez con el que hemos trabajado en tres de nuestros cortos.

P. La increíble historia del hombre sin sombra os llevó a ganar en 2009 el Goya a Mejor Corto de Animación. Desde entonces no habéis repetido con la animación. ¿Por qué?

R. Bueno, técnicamente, Inertial love es nuestro regreso a la animación ya que está producido siguiendo la técnica del stop motion pero con personas de carne y hueso. En cualquier caso, le tenemos mucho respeto a la animación. El público que ve animación está acostumbrado a un nivel de calidad que es difícil de igualar. Nunca estuvo entre nuestros planes hacer animación, ya que ni somos animadores ni contábamos en su momento con experiencia en el sector. Pero nuestro afán por contar historias nos llevó a dirigir dos cortos de animación (La increíble historia del hombre sin sombra y Manolo Marca Registrada). Nos encantó la experiencia, y aprendimos mucho, pero nos sentimos mucho más cómodos trabajando en set. Es por ello que con nuestros últimos tres cortos, que son de ficción, hemos conseguido quitarnos la etiqueta de directores de animación que llevábamos encima. De hecho, todos los proyectos que estamos desarrollando como directores-guionistas ahora son proyectos de ficción de imagen.


P. Algunos de vuestros cortos giran en torno al concepto de la familia (El orden de las cosas, Matar a un niño...). ¿Es una de vuestras preocupaciones?

R. Seguro que sí, ¡si trabajamos en familia! La verdad es que a uno (en este caso, a dos) le cuesta identificar lo que hay en común en torno a la filmografía que uno se va construyendo con el tiempo, máxime cuando uno, como persona, también va evolucionando. Uno no siempre es consciente de los puntos en común que tienen las historias que cuenta, y muchas veces son otras personas las que te abren los ojos y te hacen darte cuenta de ellos. Alguien nos dijo una vez que en todas nuestras historias los personajes se encuentran encerrados, ya sea física o psicológicamente; y tenía razón. Con los destinos trágicos de nuestros personajes puede que pase algo parecido. Estos, sin embargo, no han sido en ningún momento la motivación principal para escribir nuestras historias, sino más bien la consecuencia necesaria para expresar la idea específica de cada corto. Nuestra mayor preocupación siempre ha sido la de encontrar una manera original de contar historias, huir de los lugares comunes, ser atrevidos, pero siempre pensando en el espectador y en establecer un vínculo con ellos, hablarles directamente, apelar a su inteligencia, y transmitir emociones a través de la creación de personajes reales, tangibles, cercanos... aunque los encerremos en una bañera.

P. ¿Qué inconvenientes tiene el trabajar en familia?

R. Sólo le encontramos ventajas. Hemos llegado a un punto en el que hemos encontrado la dinámica de trabajo perfecta trabajando los dos juntos, y queremos que siga siendo así.


P. ¿En qué han evolucionado los hermanos Esteban Alenda desde Manolo Global?

R. En todo, y lo que nos queda. Nosotros nunca fuimos a una escuela de cine, así que podemos decir que hemos aprendido rodando y solucionando problemas sobre la marcha. Nuestra escuela de cine, nuestro máster, han sido los siete cortos que hemos hecho en estos ocho años y todo el cine que hemos visto desde canijos. Hemos ganado en seguridad, en anteponer siempre la historia y su tema principal a lo meramente decorativo, en cuidar los detalles, en ser exhaustivos en la planificación, lo que te permite tener siempre a mano munición y recursos en caso de encontrarte con problemas; hemos aprendido a no dar por válido aquello que sabemos que puede estar mejor, a tener muy presente y trabajar el ritmo de tu historia, el uso del espacio, la importancia de un buen casting de actores y de equipo técnico con el que haya feeling tanto a nivel profesional como personal; a lo importantísimo que es mantener una buena comunicación con tu equipo para que todos tengan en la cabeza la misma película... Y, por encima de todo, hemos aprendido a disfrutar del rodaje, porque al final, encima que uno hace lo que le apasiona, hacerlo en buena compañía y con un buen ambiente de trabajo... Hacer cine así, ya es la hostia.

P. ¿La financiación a través de los premios acaba convirtiéndose en la única manera de sacar los proyectos adelante?

R. No hay duda que los premios ayudan a amortizar tu inversión y de que, cada día, es más difícil encontrar financiación para tus proyectos. Dicho esto, uno no puede ni debe dejar de ser emprendedor. Los premios, más que una fuente de financiación, son una fuente de emoción, de alegría que te permite conocer a otras personas con las que compartes la enfermedad de ver, hacer y comentar el cine. Impagable.

P. ¿Qué es lo próximo que vamos a ver firmado por vosotros?

R. Ni idea. Estamos desarrollando varios proyectos de largometraje que van desde una comedia negra familiar a lo Berlanga/Azcona, a un thriller de suspense en un instituto elitista, pasando por un drama romántico con viajes en el tiempo a lo Michel Gondry... ¡A ver qué pasa!



César y José Esteban Alenda

Directores y guionistas

Biofilmografía

Manolo Marca Registrada (2006), Manolo Global (2007), Silba perfidia (2007), La increíble historia del hombre sin sombra (2008), El orden de las cosas (2010), Matar a un niño (2011), Inertial Love (2013).

Lakshmi I. Aguirre

Lakshmi Iglesias Aguirre (Eibar, 1984), es redactora jefe de la revista digital de cultura Tertulia Andaluza (tertuliaandaluza.com), además de formar parte de varios gabinetes de prensa.

'El hombre tranquilo', 'En un lugar solitario', 'El Apartamento', 'Los Profesionales', 'El Bazar de las Sorpresas'... la obligaron a amar el cine. Cortázar la empujó a escribir, lo que le ha llevado a ganar varios premios de relatos.

En 2009 editó el libro 'La mujer en la sombra: lo femenino en el cine fantástico y de terror' para la Semana Internacional de Cine Fantástico y de Terror de Estepona, y escribió uno de los capítulos sobre 'La Mujer Pantera', de Jacques Tourneur.

Su antiguo pastor inglés, Atticus Finch -en homenaje al maravilloso personaje de Gregory Peck en 'Matar un ruiseñor'- la acompaña a todas partes y comparte con ella su pasión por el cine, es decir, la vida.

Travesti Sitesi

Área de usuario

haber kaldırma