Anoche asistí a otra de las sesiones de cortometrajes en competición. Hay dos al día, una a las 15 y otra a las 21. Las de las 15 son en el National Theatre, y las de las 21, mucho mejor, al aire libre en una fortaleza preciosa que sobrevive desde el asentamiento turco en los Balcanes.



Entre ayer y hoy, he visto 14 cortometrajes de 11 países distintos. De todos ellos, destaco:

- Balkan Knights (Bosnia y Herzegovina): una satírica comedia situada en la guerra de Yugoslavia. Narra situaciones irrisorias pero verosímiles, desde un punto de vista interno. El público se desternillaba, y con razón.

- Les Bessones del Carrer de Ponent y Radiografía de un autor de tebeos (España): dos cortometrajes españoles que tuvimos ocasión de ver anoche también. El primero es una fantástica historia en un stop-motion cuidadísimo y sin diálogo. El segundo es un documental de acción real y animación sobre el dibujante David Rubín. Ambos son muy interesantes y recomendables.

- Time destroys (Eslovenia): Un stop-motion de un minuto y medio de duración, tan corto que si cuento algo, ya lo estoy reventando.

- Mr. Choco in love (República Checa): Uno de los mejores cortos de animación que he visto. Sin diálogo, divertido, simpático y atrevido, además de bien hecho. Es mi apuesta para la categoría de animación.

En algunas de las proyecciones, principalmente anoche, hubo problemas con los subtítulos. Cuando no estaban incrustados en el vídeo, la sincronización fallaba, no los lanzaban a tiempo o los lanzaban demasiado pronto, y así no había forma de implicarse en la historia. Mi gran temor era que pasara esto en la proyección de Inseparables (Madrid), que ha sido hace un rato en el National Theatre.



Afortunadamente, no ha habido ningún problema de este tipo en la proyección de nuestro corto: Todo ha ido muy bien, y el público ha reído y aplaudido con él.

Sobre las actividades paralelas hay mucho que contar. Esta mañana, un grupo de unas 13 personas, entre invitados, organizadores y participantes del festival, hemos hecho rafting en el río Urbat. También hemos saltado a sus frías aguas desde una roca enorme. Lo mejor de todo: conectar con todos ellos, pasarlo genial y hablar de todo. Que a veces cansa hablar de lo difícil que es hacer cine.

Con motivo de las sesiones "Focus on Finland", unos fineses (simpatiquísimos, por cierto) han instalado una sauna en el castillo donde se realizan las proyecciones de la noche. Nos han invitado a pasar por allí, aunque no tenemos que vestirnos (ni desvestirnos) para la ocasión.

En Kratkofil, estoy conociendo a muchísima gente interesante, realizadores, distribuidores, productores, ¡profesores! Todos ellos con mil cosas que aportar a esta difícil industria. Lo mejor, que de todos ellos se puede aprender y así nace un conocimiento colectivo interesantísimo.

Si además, resulta que nos juntamos en un festival donde nos llevan a hacer rafting, ¿qué más se puede pedir?