opinión

05.08.2011

Hypercine en casa

por Biktor Kero

Muchos somos los que, atraídos por la necesidad de ser constantemente sorprendidos, buscamos afanosos nuevas experiencias que trasciendan las barreras de lo cotidiano. Nos fascina, su búsqueda consume nuestras horas... Y gracias a ¿Dios? hay gente dedicada a ofrecernos este tipo de originales propuestas (con mayor o menor gusto y empeño). Y una de las cosas que nunca dejará de sorprender es el "cine interactivo". ¡Mira y toca! Fenómeno que va y viene como la marea. Qué mareo.

Hace mucho que ya se buscaba interaccionar con el público en el mundo de la imagen en movimiento. El cine andaba en pañales, aún en blanco y negro, cuando las salas cobraban vida de repente. Efectos de luces, cambios de temperatura, olores, humo, gafas 3D... El cine parecía una atracción de feria o estar poseído, una de dos. Surgían ideas tan rocambolescas como el "Smel-O-Vision". Sí, parece una coña sacada de 'Futurama', pero no.

Smell-O-Vision: invento de 1960 para el film 'Scent of Mystery'.
Smell-O-Vision: invento de 1960 para el film 'Scent of Mystery'.


El primer éxito de película donde el espectador podría decidir la evolución de la trama fue 'Kinoautomat' (1967) una producción checa donde, cada cierto tiempo, aparecía un moderador para ofrecer dos posibles opciones que la gente debía consensuar por votación. Digno de elogio, sí señor, y todo un asombro para los visitantes de la Expo del 67. ¡Quién tuviera una máquina del tiempo!

Más recientemente, alrededor de los años 80, también asienta precedentes en la interactividad narrativa una serie de libros donde podías "Elegir tu propia aventura". Una historia, generalmente fantástica, que te daba la opción de (ilusamente) elegir el destino de los personajes y de la trama. Personalmente, estos me volvían loco de adolescente. Me fascinaban tanto que hasta hacía mis propias versiones en cuadernos del cole y obligaba a mis padres, de paciencia eterna, a jugar a ellos. Me lo pasaba pipa mientras mi imaginación se alimentaba y crecía incontrolablemente.

Antecedentes de entretenimiento narrativo no-lineal con interacción los hay a patadas: juegos de rol, libros de escritura colectiva, videojuegos que son casi películas (Blade Runner, Monkey Island, Silent Hill, etc). Pero sólo hoy en día se están consiguiendo grandes avances gracias a la tecnología digital e internet.

Existen numerosas muestras del aprovechamiento de este nuevo modelo de contar historias. Los productores de la canadiense 'Late Fragment' (2007) rezan que puedes alterar la historia pulsando botones de tu mando a distancia, aunque sin mucho control a la hora de la verdad. En 'Crimeface' (2004-2007) se entremezclan soportes varios para contar una historia interactiva y multiplataforma. Cortometrajes interactivos como 'The Outbreak' (2008) donde puedes realmente elegir caminos de la trama mientras matas zombis. O esa original propuesta de cortometraje español llamado 'Mindstorming' (2010), donde en el transcurso del corto podemos ir escuchando los pensamientos de los personajes a nuestro gusto. Tan original como divertido. Muy recomendable, una idea sencilla pero altamente adictiva.

'Mindstorming', un corto peculiar de Miguel Campos.
'Mindstorming', un corto peculiar de Miguel Campos.


Los caminos escogidos en la vida me han llevado a la Hyperrealidad y no puedo negarme a abrazar este concepto con devoción, puesto que me representa.

Cuando pienso en todo esto no puedo evitar acordarme de una escena de la obra maestra 'Fahrenheit 451' (1966), donde se esbozaba lo que, allá por la época, podría ser cine futurista interactivo cuando Julie Christie cree ser la estrella de un telefilme en el que los personajes le preguntaban desde la pantalla (y de forma satíricamente inquisitiva) cómo continuar, mientras una luz roja le indicaba que debía contestar rápido. Todo un alarde de originalidad retro-futurista sensacional. "¿Verdad, señorita Linda Montag?".

Escena de 'Fahrenheit 451', una película de François Truffaut.
Escena de 'Fahrenheit 451', una película de François Truffaut.


Y aquí no acaba la cosa, por supuesto. Hay mucho más que contar en torno al cine experimental e innovador, hay tanto loco por ahí suelto...

Biktor Kero

Biktor Kero lleva vinculado al mundo cinematográfico desde los 20 años, cuando comenzó a estudiar en la escuela de cine Séptima Ars, en Madrid. Allí dirigió su primer cortometraje en 16mm Y sin embargo (2002).

En Londres vivió durante otros 3 años, donde tuvo la oportunidad de estudiar en la London Film Academy y participó en diferentes proyectos de cortometrajes y videoclips como director, ayudante de dirección y montador. Además, dirigió su segundo cortometraje A beat of Reality (2005).

Volvió a su tierra natal, Málaga, en 2006 para continuar realizando cortometrajes como El reencuentro de Alicia (2008) y Un pequeño detalle (2011) y videoclips para agrupaciones como Santos de Goma, Gastmans o The Wheel & The Hammond. Durante los sucesivos años ha trabajado en diferentes productoras audiovisuales como Euromedia Productions, Cedecom e Infodel Media y ha creado su propio estudio de post-producción: Emotioner.net

Actualmente trabaja en como jefe del departamento audiovisual de la marca Ozone Gaming y se encuentra en proceso de promoción de su nuevo cortometraje Paraiso Beach (2014), un cortometraje pos-apocalíptico sobre dos exploradores en un futuro sin esperanza (en distribución actualmente a través de Jóvenes Realizadores) y por el que recientemente ha ganado el premio a Mejor Director en la sección Cortometraje Málaga del 17 Festival de Málaga. Cine Español.

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