opinión

24.02.2016

Preparando el día O - Guía práctica para seguir los Óscar o cómo sobrevivir a una madrugada de insomnio - Capítulo 2

por Andrés Robles

Ocho son en estos Óscar las candidatas a alzarse con el triunfo en mejor película. Tal y como les dije en el capítulo anterior, tres de ellas parten a priori con desventaja al no tener a su director nominado y otras tres son las que parecen contar con opciones reales de ganar. Pero repasémoslas al completo, que como diría mi santa madre, todas son criaturitas del Señor.

Por aquello de darle un poco de emoción al asunto, iremos de menos a más según las apuestas de los grandes gurús. Así que saquen papel y bolígrafo, preparen su porra y al lío.

El puente de los espías (Steven Spielberg)

Mitad película de juicios, mitad cinta de espionaje en la que Tom Hanks interpreta al abogado encargado de defender a un espía ruso -Mark Rylance- descubierto en suelo estadounidense y negociar posteriormente su intercambio por un soldado yanqui en el Berlín recién segregado.

Spielberg es Spielberg y su peor película posiblemente sea mejor que la mejor de la mayoría de directores. Sin embargo, esta vez y por más que hablemos de un film impecable, el realizador deja con la sensación de que podía haber dado mucho más de sí. Personalmente el combo Steven-Guerra Fría me ponía bastante y de las ocho nominadas era a la que más ganas le tenía. Puede que de ahí venga mi relativa desilusión con una cinta que se ve con agrado pero, al menos en mi caso, sin pasión.

Otras nominaciones (5): sonido, diseño de producción, banda sonora -para el multinominado (12) y nunca premiado Thomas Newman, sustituyendo a un John Williams demasiado ocupado en galaxias muy lejanas-, guión original -Matt Charman y unos hermanos Coen que no aparecen por ningún lado- y actor de reparto -Mark Rylance-.

¿Posibilidades de victoria? Pese a haber rascado un mayor número de candidaturas de las que en principio parecía -ha estado prácticamente ausente en toda la carrera-, sus posibilidades de victoria son nulas. Tan sólo Mark Rylance, mi favorito en su quinteto, podría salvar los muebles aunque para ello deba batirse con el mismísimo Rocky Balboa.

Brooklyn (John Crowley)


Este año la cuota british viene de Irlanda, siendo dicho origen la única diferencia con respecto a la tradicional candidata venida de la tierra de John Smith, esto es, un drama romántico y de época, totalmente academicista en lo formal.

Si han visto el tráiler, sabrán al dedillo de qué va porque deja poquísimo espacio a la imaginación. Si no, les cuento: Brooklyn es la historia de una joven irlandesa con poco futuro en su tierra natal, que decide probar suerte emigrando a Estados Unidos -seguro que esto les suena a ciencia ficción porque en España no nos pasa-. Cuando por fin consigue adaptarse a su nueva situación y conoce el amor, un hecho fortuito la hará volver a Irlanda y se verá obligada a debatirse entre el maromo del nuevo mundo y un pelirrojo que la pretende en la tierra de San Patricio.

Cinta inofensiva y correcta en todos sus aspectos, que se ve sin esfuerzos aunque no aporte absolutamente nada nuevo. No llega a chocar verla en la categoría reina pero perfectamente se la podrían haber ahorrado. Máxime cuando uno piensa en las ausencias de Carol (Todd Haynes. Reino Unido, 2015) o Del revés (Pete Docter y Ronnie del Carmen. Estados Unidos, 2015).

Otras nominaciones (2): guión adaptado y actriz protagonista para Saoirse Ronan, la niña que destrozó su vida y la de todo el que estuviera a su alrededor en Expiación, más allá de la pasión.

¿Posibilidades de victoria? Ninguna. Se irá de vacío en las tres que tiene. A los académicos les encanta plantar algo del viejo continente para demostrar que ven cine de otros lares, pero premiarlo ya es harina de otro costal. Además en esta ocasión ni siquiera se han esforzado en apoyar la candidatura grande con la típica nominación a vestuario o dirección artística.


Marte (The martian) (Ridley Scott)

Basada en la novela de Andy Weir, Marte cuenta las andanzas de Mark Watney -Matt Damon-, astronauta dado por muerto y abandonado en el planeta rojo, donde hará todo lo posible por sobrevivir -lo que incluye cultivar patatas como si estuviera en Sanlúcar de Barrameda- mientras que la NASA diseña su plan de rescate.

El cierre de la trilogía no oficial que comenzó con la magnífica Gravity y continuó con ese tostonazo llamado Interestellar -Nolan, guardadita te la tengo- es un blockbuster entretenidísimo y disfrutable al máximo que se ve favorecido por los toques de humor de su protagonista y el buen rollo que destila su soundtrack marciano -aunque lo parezca, no es un chiste. Es la única manera que se me ocurre para definir el hecho de que en el espacio escuchemos a Donna Summer o Abba-.

Otras nominaciones (6): sonido, efectos sonoros -las únicas en las que podría rascar algo si Imperator Furiosa se lo permite, que no lo hará-, efectos visuales, diseño de producción, guión adaptado y actor protagonista -Matt Damon-.

¿Posibilidades de victoria? Durante cierto tiempo al principio de la carrera tanto la película como su director fueron favoritos y casi se dio por hecha su victoria. Ahora ya no queda nada de eso. Con Ridley Scott apeado de su categoría, el Globo de Oro a la mejor comedia o musical y el obtenido por Damon serán sus únicos galardones.

La habitación (Lenny Abrahamson)

Irlanda está on fire. Si antes veíamos que había usurpado la representación británica del año, con La habitación, basada en la novela de Emma Donoghue que relata un cautiverio sospechosamente parecido al de la austriaca Natasha kampush, ha hecho lo propio con la cuota indie.

Joy Newsome -Brie Larson, vista en la estupenda Las vidas de Grace- lleva siete años secuestrada y cinco compartiendo vida con un hijo -Jacob Tremblay- cuyo único mundo ha sido el contenido por las cuatro paredes del zulo en el que habitan. El día a día de ambos y su posterior adaptación a la libertad, conforman una cinta a la que muy pocos peros se le pueden poner. Con la excepción de Mad Max, posiblemente sea la única de las contendientes que me llena del todo, algo de lo que tiene mucha culpa su joven y magnífico protagonista, injustamente olvidado -al igual que Joan Allen- en el quinteto actoral.

Otras nominaciones (3): guión adaptado, actriz protagonista -Brie Larson- y director.

¿Posibilidades de victoria? En mejor película no tiene nada que hacer, pero Larson es la favorita de su categoría y no parece que tenga rival. Tampoco me extrañaría ver premiado su guión a menos que la Academia quisiera reforzar una hipotética victoria de La gran apuesta.

Mad Max: furia en la carretera (George Miller)

Si el año pasado por estas fechas alguien nos hubiera dicho que el Loco Max llegaría hasta aquí, lo habríamos mandado a freír espárragos a la Cúpula del Trueno. La franquicia estaba muerta y enterrada en polvorientas cintas VHS y nadie se tomó demasiado en serio la noticia de su vuelta. Pero llegó Cannes 2015 y se desató la locura entre los críticos de todo el mundo.

Miller ha conseguido lo imposible: actualizar a fondo su saga, sin necesidad de apelar al factor nostalgia y conservando intacta la esencia original. El resultado son dos apasionantes horas de acción brutal y desenfrenada de la que ya no se hace, comandadas por el personaje más carismático del año -una Charlize Theron que no habría chirriado en el quinteto de actrices-.

Otras nominaciones (9): sonido, efectos sonoros, efectos visuales, maquillaje y peluquería, vestuario, diseño de producción, fotografía, montaje y director.

¿Posibilidades de victoria? Muy mal debe darse la cosa para que no arrase en los premios técnicos -agenciándose incluso el de vestuario, que le arrebataría, como ya hizo en los BAFTA, al español Paco Delgado (La chica danesa)-. Con ello, fácilmente podría convertirse en la cinta más galardonada de la noche.

En los gordos, es muy poco probable que consiga alzarse con el Óscar a la mejor película. Sin embargo, y pese a no haber conseguido el apoyo de sus colegas en el DGA, personalmente sigo teniendo esperanzas en ver a George Miller subiendo al escenario del Dolby Theatre, sobre todo si -como sospecho- los académicos piensan que una doble ración consecutiva de comida mexicana es demasiado para el cuerpo y optan por la vía Spotlight -cuyo director no parece tener mucho que hacer-.

Como les veo un poquito saturados, les voy a dar un respiro. En el próximo y último capítulo analizaremos por fin las tres candidatas de peso. Hasta entonces, sean buenos y vean cine.

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Andrés Robles

Paisano de Lola Flores y Bertín Osborne - ahí es nada -, Andrés Robles nació el año en que Superman alzaba el vuelo en la gran pantalla. Asegura que uno de sus primeros recuerdos de infancia es la visión de una serpiente atravesando el tacón de Marion en el Pozo de las Almas y nunca ha entendido del todo qué le ve la gente a esa galaxia "muy, muy lejana".

Licenciado en Historia del Arte y especializado en Patrimonio y Gestión Cultural - tiene hasta un máster el muchacho -, dedica todas las horas que puede a esa pasión que comenzó en un cine de verano viendo a un arqueólogo con látigo y sombrero. Desde entonces no concibe una existencia sin salas oscuras y celuloide.

Como buen crítico de cine, nunca ha escrito ni dirigido nada, y se limita a destruir el trabajo que otros han realizado con toda su ilusión - a veces hace alguna reseña buena, pero son las menos -.

Habiendo conseguido fama, fortuna y gloria hablando de lo que no sabe en esta santa casa, sus próximos objetivos vitales son tener el pelazo de Carlos Pumares y la mala uva de Carlos Boyero.

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