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2 de octubre de 2014

Una nueva amiga

por Manuel Aguilar

Tiene que quedar claro que es muy difícil hacer esta reseña sin destripar nada de la película ya que hay un momento concreto (y para nada es el final) en el que la sorpresa para el espectador es tal, que lo que uno creía que iba a ver, se desmonta por completo. ¡Ah! Y saliéndome de la reseña, aprovecho este momento para decir que uso la expresión destripar, como podría haber dicho contar, desgranar o destrozar un argumento de película? Nada de spoilear y esas cosas que dicen ahora los modernos. Dicho queda? Seguimos.

Una nueva amiga es la presencia de este año en el Festival de San Sebastián del director francés François Ozon y digo presencia de este año porque casi está saliendo a visita al festival por película en los últimos años y además con bastante acierto, ya que ha ganado el Premio especial del Jurado en 2010 por Mi refugio y la Concha de Oro 2012 por En la casa.


En esta nueva entrega de su filmografía, Ozon sigue jugando a lo que de verdad le gusta. A contar sin contar, a moverse en esa finísima línea que va desde el drama a la comedia o el suspense. Es cierto, que ha realizado películas claramente de género, como el thriller La piscina o la comedia Potiche, pero en películas como 8 mujeres, En la casa o esta Una nueva amiga, Ozon juega con sus personajes introduciéndolos en una caja de música que va sacando diferentes melodías según va avanzando la trama, y lo que al principio era comedia, puede ir tomando tintes bastante más dramáticos.

Una nueva amiga arranca con uno de esos momentos musicales que tanto le gustan a Ozon en el que nos resume la relación de amistad de Claire con Laura que va desde la infancia hasta la edad adulta y que se ve interrumpida porque esta última muere tras una dolorosa enfermedad dejando a su amiga a cargo de su recién nacida hija y de su desconsolado marido. A partir de ahí, Claire tiene que lidiar no sólo con su propia familia - ella también está casada - sino con la familia de su amiga. Y todo esto sola porque la ayuda, la confidencia, el apoyo principal de su vida ya no está. Pero el destino le tiene preparada una sorpresa ya que cuando Claire menos se lo espera encuentra? Una nueva amiga.


Y esa nueva amiga hará que Ozon pueda seguir explorando los temas que le obsesionan y por lo que es querido y odiado a partes iguales. Su obsesión con las dobles intenciones, la maternidad o la identidad sexual. Temas que esa “nueva amiga” traerá a la vida de la protagonista y harán que los cimientos de su acomodada vida burguesa se remuevan y la hagan dudar sobre todo lo que ya tenía establecido.

Una nueva amiga es ¿comedia? ¿drama? Es Ozon. Desde el tono, la ambientación y las largas secuencias con música, hasta los ambiguos personajes y la gran carencia de ese director: los finales. Una vez más, nos va llevando a través de un camino muy elaborado, pero - como le suele ocurrir - conforme avanza la película, va cogiendo atajos, desfiladeros abruptos y nos conduce a un final bastante pobre, conservador y excesivamente idealista, cuando la propuesta inicial era la de contar una historia bastante arriesgada y provocadora.

En fin, hay directores a los que siempre hay que tener en cuenta y Ozon es uno de ellos porque gusten más o menos sus películas, tienen un sello personal que hace que no sean simplemente comedias o dramas. Son películas de François Ozon y no todos pueden permitirse eso.
  • Una nueva amiga

  • Título original:
    Une nouvelle amie

  • Dirección:
    Une nouvelle amie

  • Año de producción:
    2014

  • Nacionalidad:
    Francia

  • Duración:
    107

  • Fecha de estreno en España:
    2014-11-05

Manuel Aguilar

Nace en Jerez de la Frontera, una noche de octubre de 1978 (se aceptan regalos). Hizo la EGB completa e incluso estudió Filología Hispánica en la Universidad de Sevilla... o eso dicen...

Desde pequeño, ver películas era su principal pasión, llegando incluso a no comer nada durante las casi cuatro horas de El Padrino II (todo un récord) y a romperse la nariz al tirarse por unas escaleras pensando que si Christopher Reeve podía volar (con esa pinta)... ¿por qué él no?

Reza todas las noches para que jamás hagan un remake de Los Goonies y para que de una vez por todas le corten las financiaciones a M. Night Shyamalan.

Ha rodado varios cortometrajes y escrito cuentos pero... ¡lo mejor está por venir!

Acaba de estrenar una comedia de enredo eusko-andaluza, Hoy quiero confesar, que distribuye con Jóvenes Realizadores.

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