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10 de agosto de 2015

Del revés

por Andrés Robles

Parece que fue ayer, pero ya han pasado nada menos que veinte años desde que Woody, Buzz y compañía cobraran vida en el dormitorio de Andy. Dos décadas de aquel maravilloso cuento que tradujo a imágenes digitales -fue el primer largometraje en la historia generado íntegramente por ordenador- el sueño de cualquier niño. Un único film fue suficiente para colocar a Pixar en el mapa de las grandes. Desde entonces y estreno tras estreno, la trayectoria del estudio había sido intachable. Contadísimos tropiezos y ningún batacazo sonado para una filmografía que provocó sin pretenderlo una brecha en el mundo de la animación. Sus competidores, incluida la todopoderosa Disney, creyeron erróneamente que el secreto del éxito de los de Lasseter estaba en la forma, y no dudaron en desterrar los lápices y abandonar para siempre el dibujo tradicional, obviando que el píxel era lo de menos y que la verdadera piedra filosofal de los recién llegados estaba en la profundidad emocional y argumental de sus producciones.

Pero llegó 2013 y ese ascenso aparentemente imparable pareció haberse truncado. A dos secuelas menores -Monstruos University y Cars 2- y una cinta -Brave (Indomable)- que sin estar mal, era más propia de la fórmula acuñada por tío Walt -justo cuando Disney se disfrazaba de Pixar con ¡Rompe Ralph!-, les sucedió un año en barbecho. Ante tal estancamiento, totalmente lógico si se analiza con mesura, no tardaron en alzarse las voces de los más agoreros entre los que por supuesto me incluyo -aspiro a ser un critiquillo de esos a los que sólo les gusta el cine iraní y ser fatalista viste mucho-. "Muerte por agotamiento" diagnosticamos... ¡Vaya metedura de pata la nuestra!

Del revés
Del revés


Del revés (Pete Docter y Ronaldo del Carmen. Estados Unidos, 2015) nos da el bofetón que nos merecíamos, demostrando que Lasseter y los suyos no estaban muertos. Ni siquiera de parranda. Estaban trabajando muy duro en su mejor película hasta la fecha. En la más ambiciosa, adulta y compleja de cuantas han realizado. Si como decía antes, el éxito de Pixar se ha debido siempre a que sus guiones han manejado de manera magistral las emociones, porqué no hacer que éstas fueran las protagonistas literales de su último largo. Dicho y hecho. En la nueva obra maestra de la casa acompañaremos a Alegría, Tristeza, Miedo, Asco e Ira en un alucinante viaje al interior del cerebro humano, representado como una suerte de inmenso parque temático cuya riqueza conceptual y plástica supera todo lo visto y sólo tiene parangón con el universo creado para Monstruos, S.A. -cinta codirigida por el propio Docter que reconozco es la niña de mis ojos dentro de la filmografía pixariana-.

Pero es que además, para celebrar su vigésimo aniversario los del flexo no han querido ir un paso más allá, no. Han decidido dar tres zancadas. Y si hasta ahora el estudio siempre había apostado por el cine familiar en su sentido más amplio -esto es, películas que tenían distintos niveles de lectura, adecuados a cada rango de edad-, e incluso se atrevían a dar la espalda a los más pequeños en algunos tramos -aquí es cuando todos pensamos en la llorera que nos pegamos con el famoso arranque de Up-, nunca los abandonaban por completo -la cinta citada, tras esos minutos portentosos, se convertía en una película de aventuras del todo accesible al público infantil-.

Del revés
Del revés


El caso de Del revés es justo el opuesto. Apunta directamente a los padres y hace mínimas concesiones a los niños. Éstos la disfrutarán y saldrán tan encantados como en las anteriores, pero habrán sido, ahora más que nunca y sin percibirlo, los convidados de piedra. A ellos sólo está destinado su colorista apartado visual, el acabado de peluche de sus protagonistas y los gags más cercanos al slapstick, yendo el grueso del film por otros derroteros. Lo que antes eran capas que añadían profundidad al relato principal, aquí son la base sobre la que se construye todo. El (portentoso) guión es un complejo estudio sobre la formación del carácter y la personalidad en la preadolescencia, que en ningún momento cae en la tentación de simplificar lo que quiere contar ni renuncia a hablar de los aspectos más difusos de la mente por miedo a resultar demasiado críptico para según qué espectadores. La película se esfuerza en ser didáctica, eso sí, y lo consigue hasta el punto de hacer que servidor, que no es ningún lumbrera, comprenda qué es y cómo funciona el pensamiento abstracto aunque aún me duela la cabeza y me den mareos sólo de recordarlo, pero en ningún caso confunde esa didáctica con condescendencia.

Del revés aúna y potencia todos los aciertos de la mejor Pixar en general y de Docter en particular. Mezcla el aire melancólico y el carisma de la saga Toy Story con la comicidad de los secundarios de Buscando a Nemo, el ritmo frenético y los mundos paralelos de Monstruos, S.A con el espíritu aventurero y la madurez narrativa de Up, viniendo a demostrar, por si había quedado ya lo suficientemente claro, que la animación no es un género, es sólo un potentísimo medio para contar historias. Y si algo hemos aprendido en estos veinte años, es que las de Pixar son de las mejores historias que uno puede ver en la gran pantalla.
  • Del revés

  • Título original:
    Inside Out

  • Dirección:
    Inside Out

  • Año de producción:
    2015

  • Nacionalidad:
    USA

  • Duración:
    94

  • Fecha de estreno en España:
    2015-07-17

Andrés Robles

Paisano de Lola Flores y Bertín Osborne - ahí es nada -, Andrés Robles nació el año en que Superman alzaba el vuelo en la gran pantalla. Asegura que uno de sus primeros recuerdos de infancia es la visión de una serpiente atravesando el tacón de Marion en el Pozo de las Almas y nunca ha entendido del todo qué le ve la gente a esa galaxia "muy, muy lejana".

Licenciado en Historia del Arte y especializado en Patrimonio y Gestión Cultural - tiene hasta un máster el muchacho -, dedica todas las horas que puede a esa pasión que comenzó en un cine de verano viendo a un arqueólogo con látigo y sombrero. Desde entonces no concibe una existencia sin salas oscuras y celuloide.

Como buen crítico de cine, nunca ha escrito ni dirigido nada, y se limita a destruir el trabajo que otros han realizado con toda su ilusión - a veces hace alguna reseña buena, pero son las menos -.

Habiendo conseguido fama, fortuna y gloria hablando de lo que no sabe en esta santa casa, sus próximos objetivos vitales son tener el pelazo de Carlos Pumares y la mala uva de Carlos Boyero.

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