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4 de octubre de 2012

Mátalos suavemente

por Sigfrido Gross



Andrew Dominik ha construido su carrera sobre la realización de películas enmarcadas en géneros muy determinados que exigen ciertas características para poder ser definidas así. Pero aun siendo fiel a estos géneros, ha sido muy hábil en su manera de pervertirlos y jugar con ellos. Sin nunca caer en el error de saltarse las constantes que convierten a esos géneros en lo que son, Dominik retuerce esas reglas y construye unas películas que funcionan a muchos niveles.

Así, Chopper, era una biopic sobre uno de los criminales más buscados de Australia; que convertía al protagonista en una especie de héroe. El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford era una película del oeste, uno de esos westerns que ahora la crítica sesuda y sin idea se ha empeñado en llamar crepuscular (sin saber qué coño significa, por la sencilla razón de que no es un adjetivo con mucho sentido), en el cual Brad Pitt interpretaba al famoso vaquero asesinado por uno de sus mayores admiradores; todo contado con una perspectiva de lo más interesante y fuera de lo común.

Y ahora, el director, repite con Pitt en la magnífica Mátalos suavemente, un film de cine negro que, respetando todas esas constantes que los amantes de este género adoramos, pervierte las reglas de un modo muy elegante.

La historia adapta una novela de George Higgins titulada Coogan's Trade y que ocurre, en su material original, en los años 70. Se relata una sencilla y tópica historia de gánsteres en la cual un asesino a sueldo, Jackie Coogan, debe encontrar y asesinar a dos ladrones de poca monta que han asaltado la timba de póker de un mafioso.

El papel de Jackie recae en Brad Pitt, que está absolutamente inmenso y mantiene cerradas las bocas de todos aquellos que ya se tuvieron que callar hace años al decir que solo era el nuevo chico guapo de Hollywood.



Los mejores films de la historia pueden resumir su argumento en dos o tres líneas, y como podemos comprobar un poco más arriba, la cinta de Dominik tiene una trama de lo más sencilla. Eso no quiere decir que sea simplista, ni mucho menos. Todo lo contrario.

Las películas con argumentos muy básicos, teniendo en cuenta el lenguaje del cine, son las que más posibilidades dan tanto a los cineastas como a los espectadores para disfrutar del espectáculo cinematográfico. Así, Mátalos suavemente es una película básica pero funcional. Sencilla pero tremendamente efectiva; simple pero completamente honesta. Y lo más importante de todo, en ningún momento trata al espectador como a un imbécil.

No es un film noir porque carece de las características necesarias para serlo. Mátalos suavemente tiene mucho más que ver con el cine de los 70 que con el de los 40 o los 50. Su marco argumental termina en el espectro criminal, es decir, que los protagonitas de la cinta siempre van a estar del lado de los mafiosos, los matones o los asesinos a sueldo. Esa gente al margen de la ley. Nunca veremos el punto de vista de los policías que los investigan, si es que los hay. Tampoco el punto de vista de las supuestas víctimas que no pertenezcan al hampa y por esta razón el género es, de manera automática, puro cine negro. El film noir exige el punto de vista del detective o investigador, al igual que la presencia de la chica o femme fatale; características inexistentes en el film de Dominik.

Un reparto estelar y en perfecto estado de salud, forma y actitud. Todos sus actores están donde tienen que estar y han entendido a la perfección el tono de la cinta que protagonizan. Son personajes estereotípicos, que reconoces desde su primer momento en pantalla. Cosa intencionada, para así poder ofrecerte el placer que estas cintas proporcionan, como también pervertir a base de pequeños detalles esas constantes y mostrar algo que, sin ser completamente nuevo, sí recicla lo que todos conocemos del género.



Si en el material original literario la acción transcurría en los años 70, Dominik se atreve a trasladar la historia a la reciente campaña política de 2008 para así; por un lado refrescar la trama y por otro crear un pequeño paralelismo (que no metáfora, porque eso es una cursilada) entre el entorno de crisis económica que ya se vivía en aquel año, y la propia crisis comercial que ocurre en el mundo criminal que retrata. El dinero afecta a todo, desde el pequeño comerciante al capo mafioso. Siempre que no seas un político.

Es una película que muestra en casi todas sus escenas a dos personajes hablando, de manera nada explicativa, lo que va a ir sucediendo en la trama. Y, en varias ocasiones, introduce una escena de violencia explosiva que justificará el resto de la historia. El relato avanza a golpe de diálogo para mostrar, de la manera más explícita, cómo la acción hará adelantar toda trama de manera mucho más impactante. Todo, equilibrado de la manera más elegante y acertada.

Brad Pitt, Ray Liotta, Richard Jenkins, James Gandolfini. Todos perfectos en sus interpretaciones, más una dirección y un guión abordados desde el mejor gusto posible, hacen de Mátalos suavemente un film muy conseguido, muy disfrutable y completamente indispensable en el nuevo cine negro americano... El único que siempre ha existido.

Los habrá que la tildarán de lenta, pero teniendo en cuanta la propuesta, su ritmo es exactamente el que debe ser. No es una película de acción, es un relato de mafiosos que solo mueven un dedo cuando tienen que hacerlo.



  • Mátalos suavemente

  • Título original:
    Killing them softly

  • Dirección:
    Killing them softly

  • Año de producción:
    2012

  • Nacionalidad:
    USA

  • Duración:
    97

  • Género:
    Thriller

  • Fecha de estreno en España:
    2012-09-21

Sigfrido Gross

Sigfrido Gross nace en Málaga el 25 de junio de 1984. Su padre lo lleva, desde muy pequeño, a ver todo tipo de películas: desde cine de animación, a Las Tortugas Ninja o desde Batman a reposiciones del cine de Sam Peckimpah.

A parte del consabido trauma perpetuo e irreversible debido a ver cintas como Conocimiento carnal, Akira o Grupo salvaje, Sigfrido también adquiere una profunda e incontrolable pasión por el cine. De todas las épocas y géneros.

Tras estudiar el Bachillerato artístico y algo de fotografía, comienza estudios de Realización de Audiovisuales. Igualmente recibe un curso de guión en la ECAM, el cual le impulsa a profundizar un poco más en la escritura y estudia 3 años de narrativa cinematográfica en la Escuela Audiovisual del Mediterráneo.

Realiza su primer cortometraje, Residuos, que gana un premio a dirección novel en NexoSur y es rechazado en varios festivales por ser considerado 'muy violento'.

Escribe para varios medios de la web artículos sobre cine en todas sus facetas, cosa que alterna con la escritura y corrección de guiones. Para terminar la minibio, digamos lo que siempre se dice: "está trabajando en el que será su próximo cortometraje".

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