La proyección de anoche fue especialmente divertida. Llegó al festival otro cortometrajista amigo, Juan Carlevaris, director de Striptease. Por fin pude compartir impresiones en mi lengua materna.

Ambos esperábamos ansiosamente ver las reacciones del público bosnio con el corto La rubia de Pinos Puente, de Vicente Villanueva. Al público español se nos distinguía perfectamente por las carcajadas. Los subtítulos funcionaron bastante mal, y el humor castizo de este corto quizás no cuajó perfectamente con la audiencia. El resto de los cortometrajes fueron muy irregulares, hasta cierto punto, la proyección fue algo decepcionante, pero al ser la última, disfrutamos la noche todo lo que pudimos.

Esta mañana, los despertamos con la noticia de que teníamos que dar una rueda de prensa. ¡Horror! Me he sentido completamente fuera de lugar, pero he sobrevivido. No sé cómo.

Después hemos tenido la ocasión de ver un largometraje documental croata, Mila trazi Senidu, de Robert Tomic Zuber, sobre una chica adoptada durante la guerra de Yugoslavia.



Se acerca la hora de la clausura del festival. Los nervios aumentan y las ganas de que esto acabe disminuyen. Más noticias mías mañana, desde algún aeropuerto.