voz en off

27.04.2012

Jaime Chávarri, el cineasta

por Lakshmi I. Aguirre

Jaime Chávarri ha sido un director español fuera de la norma. Reacio a que le denominen autor, prefiere dedicarse a la educación -su mayor preocupación- que al cine, una profesión en la que habitualmente ha trabajado por encargo. Le entrevistamos en el marco del 15 Festival de Málaga. Cine Español, en el que se le ha galardonado con el Premio Restrospectiva. Al comenzar esta entrevista, nos comenta que le encantan las entrevistas para medios digitales: "Puedo decir lo que me da la gana". Y así ha sido.



P. En una entrevista a El País durante los 80, declaraste que no podías separar el trabajo y el amor. Treinta años después, ¿sigues sin poder hacerlo? Tanto en el cine, como en la enseñanza, claro.

R. Sí. El tema de la educación para mí es el tema fundamental y la razón de la posible decadencia del cine español. No decae el cine español: decae el público. Porque está cada vez peor educado y porque la educación es un tema que a ningún partido le interesa. Hemos perdido una comprensión de la imagen que hace treinta años teníamos mucho más clara. Antes se veían unas cosas que ahora son incomprensibles. Pasa en cine, en literatura, y pasa en casi todo el mundo cultural. Parece que la cultura es pedantería. La cultura no es una cosa de fuera, está en la vida de la gente, no es algo que se pueda quitar y poner. Eso me parece muy peligroso.

P. ¿Ahí radica la diferencia con respecto al cine español de los setenta y ochenta, que es el que más valoras?

R. Se sigue haciendo un cine estupendo. Evidentemente, hay una diferencia generacional y el cine que me gusta a mí no tiene por qué gustarles a los de veinte. Pero hay algo que no está funcionando. Tampoco en mi época leía todo el mundo, pero había un entendimiento del lenguaje y de la imagen que indudablemente era más rico.

P. Te iba a preguntar sobre los recortes al cine, pero ahora debo preguntarte también sobre los recortes en educación.

R. La base es el recorte educativo. Si la gente no va al cine es porque el concepto de salas es un concepto que se está pasando de moda. ¡Qué se le va a hacer! El cine en casa se ve de puta madre: nadie te molesta, las películas están enfocadas, tienen buen sonido... En cine indudablemente tienen que haber recortes, lo importante es cómo se administren. La subvención es una ayuda al cine, no la producción del cine. A veces se confunden las dos cuestiones. Ahora, me parece mucho más grave el recorte en educación. La madre del cordero está ahí.

P. Apoyas abiertamente el cine digital antes que el de 35 milímetros.

R. Es lo que hay. Es absurdo no hacerlo. Es como la gente que se oponía al cine sonoro. Las cosas cambian y tienen que cambiar. A la hora de la proyección, el cine digital es estupendo, además de que puedes digitalizar una película para que parezca que es antigua. Ese otro cine ahí está para que lo vea quien quiera.

P. ¿Por qué reniegas de la autoría?

R. No reniego. Reniego del malentendido por el que se considera la autoría superior a una película buena que no es de autor. Nunca se dice "esta película de autor es muy mala". Hay películas de autor horrorosas y películas de no autor estupendas. Los críticos tienen que justificar su existencia, y su única motivación es la autoría, ya que es la única manera de transmitir el cine a través de la escritura: filosofando. A mí no me interesa. No es que lo rechace. Es vuestro concepto, no el mío.

P. Aun así, ejerciste de crítico.

R. Fui crítico y a las cinco críticas lo dejé.

P. ¿Te sirvió esa corta experiencia a la hora de dirigir?

R. Me sirvió para aprender y acostumbrarme a no leer las críticas.

P. Tus referencias cinematográficas más importantes son Buñuel y Renoir, dos grandes autores.

R. No tengo nada en contra de los autores, pero son dos de los autores que menos lo parecen: son menos pedantes, menos intelectuales aunque lo sean muchísimo de fondo, pero a los que menos se les nota. Por ejemplo, una película de Buñuel que yo adoro, que es La vía láctea, es una película 100% intelectual, pero a mí me divierte muchísimo y me interesa muchísimo. Luego tiene películas como Los olvidados o El ángel exterminador que son películas absolutamente geniales.

P. ¿Y Renoir?

R. Las películas de Renoir no tienen ni un gramo de pedantería.

P. ¿A eso te refieres cuando dices que lo peor es que se haga una mala película de autor?

R. No. Al cine alemán se lo cargó el cine de autor de los años 70, con una películas 'coñacísimas' que a Cahiers du Cinéma le gustaban muchísimo, pero que eran unas películas inaguantables. Ninguno siguió haciendo cosas, aparte de Fassbinder, que tenía más gracia. Aquello no estaba hecho para nadie, estaba hecho para el ombligo. Eso no me interesa nada.

P. Erice defendía el cine sensorial ante el narrativo. ¿Estás de acuerdo con él?

R. Sí. A mí Erice me encanta. Sus películas me parecen maravillosas y creo que es uno de los grandes de verdad.

P. Fuiste director de arte en El espíritu de la colmena.

R. Ten en cuenta que yo no sabía que El espíritu de la colmena iba a ser El espíritu de la colmena. Era un guion, un proyecto muy difícil de entender. Tenía toda la parte estética de la película a mi cargo y, de repente, un día vi una escena en la que Erice colocó el cadáver del maqui delante de la pantalla del cine del pueblo donde se había proyectado Frankenstein. Ese fue el momento en el que entendí lo que estaba haciendo Víctor y se me pusieron los pelos de punta.

P. Hablaba sobre el amor al cine.

R. El amor al cine, el terror al cine y lo peligroso que es el cine al mismo tiempo.

P. ¿Siempre has trabajado por encargo?

R. No siempre. Desgraciadamente las dos que no son encargo, Los viajes escolares y El río de oro, no las han puesto en este festival, cosa que me parece un error. Estoy de acuerdo en que no eran películas maravillosas, pero en una retrospectiva no solo hay que poner lo bueno, lo que ha funcionado. Siento que no estén alguna de esas dos películas en el festival.

P. Te atreviste con Camarón.

R. Siento una adoración absoluta por el arte de Camarón. Suponía un desafío, porque lo que hacía Camarón en el escenario era 'intransmitible'. Tuve la oportunidad de verlo en directo y ya se me puso la carne de gallina antes de que empezara a cantar. Era un personaje tan reciente que sabía que nos iba a llover por todos lados. Era difícil, porque era un gran artista pero no era inteligente. Teníamos que hacer una película en la que estuvieran las drogas, pero queríamos dar una visión del cantante como héroe contemporáneo.

P. ¿De cuál de tus películas guardas un mejor recuerdo?

R. De Sus ojos se cerraron y el mundo sigue andando. Es de las pocas que me gustan.

P. En cuanto a la producción actual, ¿por qué crees que no hay más 'Querejetas'?

R. No es que no haya 'Querejetas', es que hay muy pocos productores. Hay gente que se dedica a la producción como profesión, pero no productores como motor de una película concreta, que es lo que antes hacía que el cine español fuera a festivales y ganara premios. Eso no existe. Es cierto que sin televisión no se hubiera podido hacer cine, pero tampoco me parece que el criterio de la televisión sea el que haya que seguir en el cine. Cuando todo el cine pasa a ser parte de la televisión, hay un problema.

P. ¿100% seguro de que no vayamos a volver a ver una película de Chávarri?

R. No. Ya se verá. Realmente da igual.

Jaime Chávarri

Director de cine

Biofilmografía

'Pastel de sangre' (1971), 'Los viajes escolares' (1974), 'El desencanto' (1976), 'A un dios desconocido' (1977), 'Dedicatoria' (1980), 'Bearn o La sala de las muñecas' (1982), 'Las bicicletas son para el verano' (1983), 'El río de oro' (1985), 'Regalo de cumpleaños' (1988), 'Las cosas del querer' (1989), 'Tierno verano de lujurias y azoteas' (1993), 'Las cosas del querer, Segunda parte' (1995), 'Gran slalom' (1996), 'Sus ojos se cerraron y el mundo sigue andando' (1997), 'Besos para todos' (2000), 'El año del diluvio' (2004), 'Camarón' (2005).

Lakshmi I. Aguirre

Lakshmi Iglesias Aguirre (Eibar, 1984), es redactora jefe de la revista digital de cultura Tertulia Andaluza (tertuliaandaluza.com), además de formar parte de varios gabinetes de prensa.

'El hombre tranquilo', 'En un lugar solitario', 'El Apartamento', 'Los Profesionales', 'El Bazar de las Sorpresas'... la obligaron a amar el cine. Cortázar la empujó a escribir, lo que le ha llevado a ganar varios premios de relatos.

En 2009 editó el libro 'La mujer en la sombra: lo femenino en el cine fantástico y de terror' para la Semana Internacional de Cine Fantástico y de Terror de Estepona, y escribió uno de los capítulos sobre 'La Mujer Pantera', de Jacques Tourneur.

Su antiguo pastor inglés, Atticus Finch -en homenaje al maravilloso personaje de Gregory Peck en 'Matar un ruiseñor'- la acompaña a todas partes y comparte con ella su pasión por el cine, es decir, la vida.

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